jueves, 28 de febrero de 2013

Cronémica

Winston Churchill confesó que habría preferido enfrentarse al peligro de una invasión alemana en Gran Bretaña antes que verse obligado a resistir los embates de los submarinos alemanes, y es comprensible. Una invasión tendría que haberse desarrollado en el marco de una unidad dramática de tiempo, lugar y acción, en tanto que la guerra submarina se prolongó con toda su capacidad de destrucción y sin que fuera posible desentrañar su estilo o vislumbrar su desenlace.

[Inteligencia militar, John Keegan]

En los meses más cálidos ocurre no pocas veces que alguno de esos insectos voladores nocturnos se extravíe en mi casa, viniendo del trozo de jardín que hay detrás de ella. Cuando me levanto a la mañana temprano, lo veo todavía inmóvil en algún lugar de la pared. Saben, creo yo, (...), que han equivocado su camino, porque, si no se los pone otra vez fuera cuidadosamente, se mantienen inmóviles, hasta que han exhalado el último aliento, efectivamente, se quedan sujetos por sus garras diminutas, rígidas por el espasmo de la muerte, aferrados al lugar de su desgracia hasta después de acabar su vida, hasta que un soplo de aire los suelta y los echa a un rincón polvoriento.

[Austerlitz, W.G Sebald]

3 comentarios:

Leandro dijo...

¿Qué te ha parecido Austerlitz?

Héctor Meda dijo...

Pues hace tiempo que lo leí y todavía recuerdo su tono melancólico...Es similar a Bernhard en ciertos aspectos, tal vez menos beckettiano y, justo por eso, más..eh..¿humanista?...Ahora, es un autor que yo recomendaría en pequeños sorbos: demasiado intensa y homogénea su tonalidad, algo así como una sonata de piano.

Por cierto, ¿probastes con los autores americanos ya? Pynchon, Roth (una versión más suavecita de Sebald), DeLillo... son de los pocos autores vivos (que yo sepa) que hoy día merecen. Especialmente McCarthy (que ya sé que lo conoces) y Pynchon (que concedo es un poco excesivo, algo así como David Lynch)

Leandro dijo...

No, todavía no sentí atracción suficiente, jeje. Estuve leyendo, sí, a David Markson. Por momentos es muy beckettiano, para usar tu nomenclatura, y por momentos su experimentación me desorienta. De todos los que nombrás he leído algo; de ninguno una novela entera. De Markson he leído tres novelas.