martes, 6 de septiembre de 2011

Neoanimismo

El teórico musical Freud Maus sostiene que la tendencia a "animar" y personificar la experiencia es un rasgo inevitable de la mente humana: interpretamos los acontecimientos atribuyéndolos a agentes imaginarios que albergan intenciones concretas. Ese impulso lo demostraron en la década de 1940 los psicólogos Fritz Heider y Mary-Ann Simmel con una película de animación en la que figuras abstractas -círculos y triángulos- de diversos colores se movían por la pantalla interactuando de manera compleja. Cuando los psicólogos pidieron a los sujetos del experimento que describiesen lo que veían, muchos relataron intrincadas historias con diversas personalidades: dos figuras estaban enamoradas, otra trataba de secuestrar a una de ellas, etcétera. Y no sólo veían connotaciones narrativas en esos movimientos, sino también emociones. Según Fred Lerdahl, lo mismo ocurre, con la música: las aparentes relaciones y repulsiones entre notas, las melodías y ritmos también pueden contemplarse en términos antropomórficos. Los oyentes introducimos los personajes en la música.


Como en Babilonia también todo parece dictado por el Sistema, que algunos llaman el Capitalismo. En realidad, no sabemos bien si sigue existiendo o desapareció; ni si lo que tenemos son las consecuencias de un Sistema puesto a punto en el siglo XIX y que funciona por inercia pero que en realidad ha cambiado con la acción de los gobiernos, del Estado de bienestar, de la ONU, de individuos concretos como Soros y otros que tienen capacidad para quebrantar y hundir, aunque sea momentáneamente, el buen funcionamiento del Sistema. En el caso de que siga existiendo, no sabemos si el Sistema perdurará hasta el fin de la historia, que ya ha llegado al decir de un tal Fukuyama. También podría ser que el Sistema -como la Compañía- fuera omnipresente pero sólo a efectos de cosas insignificantes (los salarios, el ocio, los muebles, el coche), mientras que lo ensencial le escapara (el pensamiento, la voluntad, la libertad para decidir personalmente); o que también esto le dependa. En incluso algunos se atreven a decir que en realidad el Sistema no existe, que fue un invento de un tal Marx que vivió hace ya más de un siglo y que en realidad son otros principios aún por descubrir los que realmente gobiernan la economía y la vida de los hombres.

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